1. Nuestra dieta moderna
En el siglo pasado, con el advenimiento de la agricultura comercial y la cría intensiva de animales, las civilizaciones occidentales ya no se adhieren a los patrones dietéticos de nuestros antepasados ??cazadores-recolectores. Hoy en día, cada vez menos personas siguen una dieta tradicional de alimentos sin procesar, sin refinar, naturales y sin pesticidas ni hormonas. En cambio, lo que la mayoría de nosotros comemos (pizza, rosquillas, pasteles y carnes comerciales) es altamente procesado, refinado, lleno de químicos y conservantes, o deficiente en nutrientes.
Lo crea o no, el genoma humano apenas ha cambiado en los últimos 40.000 años. Nuestras necesidades nutricionales siguen siendo casi idénticas a las de las poblaciones indígenas que vivían en diferentes partes del mundo antes del advenimiento de la agricultura moderna. Por lo tanto, si no proporcionamos el equilibrio nutricional adecuado al cuerpo, literalmente todos los aspectos de nuestra vida, ya sean mentales, emocionales, físicos y bioquímicos, pueden verse afectados negativamente.
Se realizó un estudio comparando los niveles de testosterona entre agricultores orgánicos daneses y estudiantes universitarios daneses. Observó a hombres de 40 años que practicaban la agricultura orgánica, comían sus propios productos y seguían una forma de vida orgánica durante al menos 20 años, frente a estudiantes universitarios varones de veintitantos que consumían la dieta danesa promedio, que probablemente sea aún mejor que la dieta estadounidense estándar. ¿Adivina quién tenía niveles más altos de testosterona? ¡Los agricultores orgánicos!
Además, es bien sabido que las mujeres asiáticas que siguen una dieta tradicional no presentan síntomas de la menopausia. En el caso de que lo hagan, los síntomas son bastante leves.
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La deficiencia y el desequilibrio hormonal en su organismo provoca multitud de síntomas molestos e incrementa considerablemente el riesgo de patologías graves. La Terapia Hormonal Bioidéntica permite recuperar niveles hormonales óptimos sin las contraindicaciones de las hormonas sintéticas. Su organismo dispone de la dosis óptima en cada momento del día y durante varios meses. También puede tratar la menopausia en Sottopelle, puede buscar menopausia tratamiento en la página web.
Si desea que su dieta se parezca más a la de sus primeros antepasados, debe:
Evite los alimentos elaborados con carbohidratos refinados (harina blanca y arroz blanco) y azúcar. Con la excepción de las bayas, tenga cuidado con la mayoría de las frutas y jugos de frutas, ya que contienen un contenido de azúcar bastante alto.
Elimina la cafeína.
Evite los alimentos procesados ??y las comidas rápidas.
Evite todos los alimentos elaborados con soja y aceite de soja, excepto los productos de soya fermentados como salsa de soja, miso, tempeh y natto. La soja contiene fitoestrógenos (estrógenos vegetales) que pueden alterar nuestro propio equilibrio hormonal; sin embargo, la soja fermentada tiene un contenido de fitoestrógenos sustancialmente menor.
Consuma suficientes proteínas y grasas buenas, como huevos de gallinas camperas, animales alimentados con pasto, mantequilla de pastos, aguacates, aceite de coco, aceite de oliva y aceite de palma. Manténgase alejado de las grasas malas, incluidos los aceites hidrogenados, el aceite de canola, el aceite de maíz, el aceite de semilla de algodón y el aceite vegetal.
Come una variedad de vegetales orgánicos.
2. Prevalencia de la diabetes tipo 2
Un tercio de los estadounidenses tiene una tendencia genética a desarrollar diabetes tipo 2. Estas personas han pasado por décadas de aumentar la resistencia a la insulina antes de contraer la enfermedad. El aumento de la resistencia a la insulina significa que el cuerpo tiene que producir más y más insulina para superar la resistencia, de modo que el azúcar se pueda llevar de manera eficiente a las células donde se quema para obtener energía.
El problema de aumentar la producción de insulina es que convierte más testosterona en estrógeno. En los hombres, este desequilibrio puede crear problemas como agrandamiento de la próstata e incluso cáncer de próstata. A pesar de esto, los hombres no deben tomar un medicamento para reducir el estrógeno porque a menudo puede reducirlo demasiado, lo que afecta la densidad ósea. Lo mejor que puede hacer es recuperar la sensibilidad a la insulina al:
Seguir una dieta especial de bajo índice glucémico y que no afecte el azúcar en sangre.
La pérdida de peso como tejido adiposo abdominal da como resultado una mayor conversión de testosterona en estrógeno.
Hacer ejercicio en intervalos de alta intensidad varias veces a la semana para reducir la grasa corporal.
Incorporando suplementos como vitamina D3 y ácidos grasos omega-3.
3. Hábitos de sueño
Los estudios muestran que las trabajadoras del turno de noche son más propensas al cáncer de mama debido en gran parte a la interrupción de la producción de melatonina (la hormona del sueño). La melatonina aumenta desde las primeras horas de la noche hasta la mitad de la noche y luego disminuye gradualmente. La producción nocturna de melatonina depende de poder dormir en una habitación oscura y se ve afectada negativamente por la luz brillante, como la televisión o la pantalla de la computadora. Sin la melatonina en el momento adecuado, se perderá este poderoso antioxidante que ayuda a inhibir el crecimiento de las células cancerosas.
Eso significa que si su horario laboral o social lo mantiene atrapado en un desfase horario perpetuo y duerme constantemente menos de 7-8 horas, no se sorprenda de que sus niveles de estrógeno y testosterona también puedan disminuir. La mejor hora para acostarse es entre las 10 y las 11 p. M. Y siempre es un buen hábito irse a la cama aproximadamente a la misma hora todos los días.
4. Falta de ejercicio
A medida que envejecemos, producimos menos testosterona y estrógeno. Es por eso que los hombres y mujeres mayores de 40 años pueden comenzar a experimentar síntomas desagradables debido a la reducción de hormonas. Sin embargo, cuando hacemos ejercicio, en particular, a intervalos de alta intensidad, así como al entrenamiento de resistencia, el cuerpo produce más hormona del crecimiento humano, estrógeno y testosterona. Estas son hormonas anti-envejecimiento que aumentan la masa muscular y la densidad ósea y reducen la grasa corporal. Por lo tanto, si está inactivo o si no realiza este tipo de ejercicios varias veces a la semana, se está perdiendo sus increíbles beneficios para mantenerse joven y saludable.
5. Estrés
Los niveles altos de estrés aumentan la producción de cortisol (la hormona del estrés) por las glándulas suprarrenales. Después de todo, no hay nada de malo con un poco de estrés aquí y allá, ya que el cuerpo humano está magníficamente construido para manejar el estrés ocasional.
Desafortunadamente, los estilos de vida frenéticos modernos a menudo imponen un estrés crónico prolongado. Esto da como resultado que las glándulas suprarrenales se trabajen demasiado, ya que tienen que producir más y más cortisol constantemente. Con el tiempo, el cortisol elevado conduce a niveles reducidos de DHEA, testosterona y estrógeno. También conduce a un aumento de la producción de insulina y azúcar en sangre, un precursor de la resistencia a la insulina y la diabetes tipo 2.
6. Toxinas ambientales
Aproximadamente 70.000 nuevos productos químicos sintéticos se introdujeron en nuestro medio ambiente durante el siglo XX. Aunque el 80 por ciento de estos nuevos productos químicos nunca se han examinado por sus efectos sobre la salud humana, numerosos estudios confirman que las toxinas como el bisfenol-A, el DDT, las dioxinas, el formaldehído, los PCB, los PDBE, los parabenos, los ftalatos, los pesticidas y los metales pesados ??tienen una amplia gama de efectos perjudiciales en nuestros cuerpos.
Pocas personas son conscientes de que estos productos químicos son particularmente perjudiciales para nuestro sistema hormonal. Tienen estructuras moleculares similares a nuestras propias hormonas y pueden imitar los propios mensajeros químicos naturales del cuerpo, elevar los niveles de estrógeno, interferir las señales, difundir desinformación, dañar el ADN y alterar la expresión genética. Una vez que se han inhalado, ingerido o absorbido a través de la piel, se asientan en los tejidos grasos del cuerpo y permanecen allí.
El exceso de estrógeno causado por toxinas ambientales aumenta el riesgo de desarrollar cánceres relacionados con las hormonas en los senos, los ovarios, la próstata y los testículos. En las mujeres, puede provocar aumento de peso, endometriosis, mama fibroquística e infertilidad. En los hombres, puede reducir los niveles de testosterona, provocar un menor recuento de espermatozoides, infertilidad, impotencia, agrandamiento de la próstata, pérdida de fuerza muscular y aumento de peso.
Además, cada vez más investigaciones muestran que las toxinas ambientales también inhiben la glándula tiroides. Esta glándula es el control maestro del metabolismo del cuerpo. Cuando su tiroides está hipoactiva, puede aumentar de peso, fatigarse y volverse lento y deprimido.
Todo el mundo es vulnerable a las toxinas ambientales, en particular el feto humano en desarrollo. Por lo tanto, es fundamental evitar o limitar la exposición a toxinas ambientales en su vida diaria. Tenga cuidado con los productos químicos tóxicos en cosméticos, lápices labiales, perfumes, esmaltes de uñas, lociones, champús, productos y tratamientos para el cabello, pastas dentales, enjuagues bucales, desodorantes, píldoras anticonceptivas, limpiadores domésticos, lejías, disolventes de limpieza en seco, ambientadores, pesticidas, herbicidas, pinturas, plásticos, alfombras nuevas y empastes de amalgama dental, por nombrar algunos.
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